domingo, 17 de junio de 2012

Integración del niño discapacitado en el deporte de alta competencia


Introducción

El deporte de alta competencia a nivel mundial es la actividad recreativa, social y económica más importante del mundo. La toma de conciencia a través de múltiples organizaciones para la integración de los pacientes discapacitados a dichas actividades crece cada día más. Sin embargo, son pocos los esfuerzos que se realizan para que esta integración comience a edades tempranas e integre a los niños a estas disciplinas, privándolos de los beneficios físicos, psicológicos y sociales que estas actividades representan.


Objetivo

Crear conciencia entre los profesionales de la salud, específicamente los rehabilitadores, para poner en práctica la adecuada integración del niño discapacitado al deporte de alta competencia, como alternativa complementaria al tratamiento de rehabilitación.

Discusión

Se define al deporte de alta competencia como aquella actividad física clasificada bajo un organismo de carácter internacional, la cual exige el desempeño máximo posible alcanzado por el atleta que lo practica. Dicho atleta, el cual debe estar registrado en una instancia nacional y una internacional, debe encontrase al límite de sus capacidades que lo califiquen como uno de los mejores a nivel regional, nacional o mundial en la disciplina que practica.

Hoy en día el deporte de alta competencia es un método de vida, bastante lucrativo por demás, que incluye todo un equipo multidisciplinario de técnicos, entrenadores, preparadores, médicos, promotores, entre otros. Desde los eventos internacionales cíclicos como las olimpíadas, hasta los anuales propios de cada país, el deporte se ha convertido en la expresión más publicitada, mejor pagada y con más seguimiento en el mundo entero. Los organismos internacionales, tanto gubernamentales como privados, invierten millones en recursos destinados al deporte y a sus practicantes.

La gran mayoría de los atletas de alta competencia del mundo entero se inician en su disciplina por medio de programas deportivos del estado o gobierno donde residen, ya sea a través de las pequeñas ligas escolares, universitarias o nacionales, lo que convierte en la mayoría de las veces al estado como el responsable de los primeros pasos de sus atletas.

Las instituciones privadas, tales como los clubes deportivos de gran reconocimiento, continúan la tarea reclutando a estos jóvenes a edades cada vez más cortas, ofreciendo el desarrollo a nivel profesional con todos los beneficios que esto implica.

El deporte de alta competencia a nivel mundial provee de prestigio y reconocimiento al individuo que lo desempeña, convirtiéndolo a través de los medios de comunicación masivos como figuras internacionales de renombre, las cuales desarrollan estatus sociales elevados, con remuneraciones económicas astronómicas y diversidad de actividades de tipo publicitario que garantizan una estabilidad profesional de muy alto nivel.

Por otra parte, hoy en día se observa el crecimiento de las responsabilidades y obligaciones de los diversos organismos internacionales ante el tema de la discapacidad en el mundo. Dichos organismos como la O.N.U, la O.M.S, entre otros, resaltan lo imperativo de la integración del discapacitado en todos los ámbitos de la vida humana, incluyendo el deporte, educación, trabajo, sexualidad, cultura, etc.

El inicio de la lucha de la integración del discapacitado a la sociedad se dio de la mano con el boom de la rehabilitación a nivel mundial, luego del final de la segunda guerra en 1945. Aunque estas actividades ya existían previamente muchos años antes, es este trágico evento que dejo como saldo una enorme población de lesionados en todo el mundo el que da el primer gran impulso para la búsqueda de soluciones al tema de la discapacidad. Muchas de las actividades alternativas que hoy en día observamos para la rehabilitación del discapacitado fueron iniciadas por militares, heridos de la guerra, y médicos tratantes, los cuales trataron de buscar un medio más humano para la rehabilitación del discapacitado, como ejemplo tenemos la adaptación del tenis en silla de ruedas, la cual fue iniciada en el año de 1946 por el doctor Ludwing Guttman, neurocirujano adscrito al servicio de lesionados medulares del hospital Stoke Mandeville, en Inglaterra. En un principio, Guttman buscaba a través del deporte restablecer el bienestar psicológico y el buen uso del tiempo libre del paciente, pero al tiempo se dio cuenta que la disciplina deportiva influía positivamente también en el sistema neuromuscular y ayudaba a la reinserción de la persona en la sociedad. El Doctor siguió con el desarrollo de otras disciplinas como el tiro con arco, el básquetbol sobre silla y el atletismo, para luego seguir con muchos otros hasta llegar a implementar en 1960 la halterofilia. En 1948 se realizaron los 1° Juegos de Deporte en silla de ruedas Nacionales (Inglaterra) en Stoke Mandeville. Estos Juegos pasaron a ser Internacionales cuando en 1952 se sumaron los holandeses. Este abnegado doctor fue el precursor de los juegos paralímpicos, los cuales se celebran hoy en día paralelo a las olimpíadas, y cuentan a plenitud con todas las igualdades y características que se observan en los juegos tradicionales. El comité paralímpico internacional, encargado del desarrollo de dichos juegos y orgulloso defensor de los derechos a plenitud de los discapacitados, es una organización no lucrativa internacional formada por 160 comités nacionales de Paralímpicos y cinco federaciones internacionales específicas de los deportes de discapacidad.



Con el inicio de la psicología moderna, se entendieron de mejor manera los fenómenos clásicos por los cuales pasa una persona discapacitada. Aunque las respuestas y signos pueden variar de una persona a otra, existen etapas que todos los individuos manifiestan de un momento a otro:

Shock – Negación – Desplazamiento – Aceptación – Abandono o continuidad –

Recuperación o estancamiento – Progreso o retroceso.

La superación de cada una de estas etapas, la adecuada elección y el progreso del paciente en la rehabilitación, dependen de múltiples factores, los cuales lo hacen propenso en cualquier momento a la deserción del programa. Las frustraciones, pocos avances, la falta de tiempo y dinero, entre otros, son algunos de los factores responsables de que un gran porcentaje de los individuos discapacitados, especialmente los crónicos, abandonen en algún momento el proceso de su rehabilitación.

La discapacidad es un problema de orden mundial. En todos los lugares del mundo existe un porcentaje de personas con discapacidad. Con el aumento de la población, el ritmo de vida, la urbanización y su consecuente contaminación ambiental, los niveles de pobreza extrema y malos controles sanitarios, la discapacidad es un fenómeno que va en aumento en todas partes del mundo.

Existe además una demanda excesiva de la discapacidad en relación con la rehabilitación. El número mundial de personas discapacitadas es mucho mayor que la cantidad de profesionales preparados para atenderlos, esto sumado a los altos costos que se registran en muchas partes en el sector salud, se traduce en un alto porcentaje de pacientes que no reciben tratamiento, lo cual supone el fracaso de la idea original del rehabilitador, la cual es precisamente Rehabilitar.

Se calcula que a nivel mundial, menos del 37% del total de la población de discapacitados reciben o han recibido un tratamiento de rehabilitación (O.M.S., 2005). Esto es una cifra alarmante, debido a las pocas oportunidades que se le ofrecen al discapacitado en muchos lugares. Por otro lado, de este porcentaje de pacientes, se calcula que el 52% del total abandonan la rehabilitación en algún momento, cifra aún más preocupante, la cual nos indica el alto nivel de deserciones de los programas tradicionales, y de que, a nivel mundial, no se ha creado una adecuada relación entre el paciente y su proceso de rehabilitación.

La introducción del deporte adaptado como método alternativo para el discapacitado es una solución efectiva para lograr la adhesión del paciente. Aparte de esto, se han descrito múltiples ventajas de la práctica de disciplinas deportivas como tratamiento rehabilitador, como lo indica la compañía japonesa de telefonía NEC, creadora y coordinadora del tour NEC en silla de ruedas, evento que reúne a los mejores atletas discapacitados practicantes de tenis en silla (2003), entre las cuales se encuentran:

- Proveer oportunidades para miles de personas con discapacidad para competir en eventos organizados a los más altos niveles de profesionalismo.
- Ofrecer altos niveles de competición y deporte a hombres, mujeres y niños, para jugadores desde niveles recreacionales hasta profesionales.
- Incrementar conciencia e interés hacia las personas con discapacidades a nivel mundial.
- Brindar a los atletas sobre silla de ruedas sus derechos de igualdad para ser reconocidos como atletas de alta competencia a nivel mundial, con los beneficios sociales y económicos que esto representa.
- Crear la oportunidad a estos atletas de interactuar en competencias con personas con discapacidad y sin ella.

Hoy en día estadísticamente se ha demostrado que la mayoría de los atletas discapacitados de alta competencia ingresan a la actividad deportiva luego de ocurrir una lesión en vida adolescente o adulta. El trauma psicológico que sufre una persona luego de un accidente que lo convierte en discapacitado, justo en la etapa del desplazamiento, puede hacer que la persona busque una actividad desafiante y retadora, a manera de probarse a si mismo como medio útil para una sociedad que lo rechaza, desplazando sus propios sentimientos de persona disminuida a persona autosuficiente, capaz de destacarse en una actividad en extremo difícil, convirtiéndolo en una especie de súper héroe ante la sociedad. Aunque se crea que este estereotipo de súper persona es positivo, en realidad no lo es, debido a que excluye a las demás personas discapacitadas que no tienen de una forma u otra la condición para realizar las mismas actividades que el atleta, además de que sobrecalifica al discapacitado sólo por el hecho de realizar una actividad pese a su lesión, y no como se le debe de considerar, como un gran atleta más que forma parte de una sociedad, con igualdad.

Sumado a esto, la persona adulta que queda discapacitada por un accidente se vale de su propia iniciativa y medios para ingresar a un programa de entrenamiento deportivo, buscando un patrocinio, ya sea gubernamental o privado, que promueva su potencial como deportista y lo integre en las competencias. Esto quiere decir que estos pacientes se convierten en grandes atletas generalmente por iniciativa y decisión propia.

Pero que pasa con el niño discapacitado que nace con una lesión? quién lo integra al deporte? quién le inculca ese deseo de participar en una edad temprana a una actividad deportiva, la cual el no siente deseos de ingresar, debido a que las respuestas psicológicas que se plantean en este paciente son muy diferentes a las que se observan en el adulto que sufre una lesión posteriormente?

El niño que nace con una discapacidad se enfrenta a un mundo de desigualdad en las oportunidades de vida y en sus derechos como persona con posible potencial de funcionamiento e integración en la sociedad. Este paciente debido a su lesión motora o cognitiva, no conoce en su mayoría las actividades normales de desarrollo de cualquier niño, tales como bipedestar, correr, saltar, jugar, nadar, etc. Esto lo aisla de formar parte del normal núcleo social y le priva de los beneficios psicológicos, sociales y morales que brinda el juego, el deporte y la recreación.

A diferencia de este niño, el adulto que sufre una lesión discapacitante posterior, ya ha conocido todo lo relacionado al deporte y al juego en edad temprana, por lo general ya es una persona que estaba inserta en la sociedad, lo que le facilita su incorporación al deporte de alta competencia y promueve su interés hacia el mismo.

A lo largo de su desarrollo, el niño discapacitado sufre múltiples separaciones de diversos aspectos de vida social, cuyo análisis ocuparía varios libros. Las miradas incesantes, las preguntas de los demás niños acerca de su condición, la exclusión del círculo de juego y amigos, son sólo algunas de las miles de discriminaciones por las cuales el niño con discapacidad suele pasar. Estas exclusiones, notables en la edad escolar, lo separan aún más de la posibilidad de conocer y practicar una disciplina deportiva. La misma discriminación que se observa en la sociedad hacia estos niños, lamentablemente se encuentra profundamente arraigada en la comunidad escolar, la cual lo separa de la actividad deportiva básica por sus limitaciones físicas, por no contar con la preparación necesaria ni la infraestructura para el adecuado desenvolvimiento de estos niños. De esta manera el niño crece sin la interacción necesaria para el inicio de una práctica, no sólo deportiva, sino también cultural, social, etc.

Los pocos niños discapacitados que se integran a actividades deportivas o culturales a edades tempranas lo hacen por iniciativa de sus padres, los cuales deben compartir un perfil de preocupación por la condición de su hijo, de búsqueda de soluciones alternativas y generalmente con alto poder adquisitivo, debido a los costes que estas actividades representan. Aún así, no se garantiza el seguimiento de la disciplina como medio recreativo o rehabilitador, lo que se convierte de nuevo en el fracaso de la integración de estos pacientes a la actividad deportiva.

Siempre se ha destacado el estrecho vínculo de los terapeutas con sus pacientes, por la cantidad de tiempo que pasamos con ellos. Es lógico pensar que si debe existir una figura que integre al niño discapacitado en el deporte, ya sea como alternativa al tratamiento, como medio de vida o simplemente como una actividad recreativa, esa figura debe ser la nuestra. Por lo tanto, somos nosotros, al igual que sus padres, los responsables de la integración de este niño al deporte, entrenándolo en el proceso a edades tempranas, enseñando a los padres las ventajas y beneficios de su práctica, buscando la disciplina deportiva que mejor se adapte a sus necesidades, cambiando el estereotipo equivocado de las limitaciones físicas de estos pacientes, e instituyendo al deporte como herramienta eficaz para el tratamiento de nuestros niños.

Otro problema al cual nos enfrentamos es que se ha estereotipado el falso hecho de que el deporte para discapacitados debe ser practicado siempre en silla de ruedas o se asocia el hecho del uso de la silla para estas disciplinas. Esto excluye de manera directa a varios niños que no entran en la clasificación de pacientes que usan la silla de ruedas. Los niños que dependen de una silla para su traslado e interacción con la sociedad pertenecen a un relativo pequeño grupo, entre los que encontramos a los amputados, los lesionados medulares, los niños con mielodisplasias, y los niños con parálisis severas, en comparación con el gran grupo de niños que existen con diversos tipos de parálisis cerebral, niños con síndrome de down, retardos mentales, etc, los cuales en su mayoría no la necesitan. Existen muchas disciplinas avaladas por organismos internacionales que pueden ser practicadas sin necesidad del uso de silla de ruedas, como por ejemplo: Atletismo (incluye todas las disciplinas del mismo a excepción de carrera con obstáculos, salto de valla, lanzamiento de martillo y de pértiga), ciclismo (handcycling), baloncesto sin silla, fútbol 7, fútbol sala, goalball, halterofilia, Hípica o doma, tenis de mesa sin silla, judo, tiro, tiro con arco, vela, natación, voleibol, mencionando nada más aquí los deportes reconocidos por el comité paralímpico internacional. Como se puede observar, la silla no es el único símbolo de la discapacidad.

Ahora bien, si tomamos una población de 100 individuos que sufren una lesión discapacitante a una edad promedio de 20 años, se ha establecido que aproximadamente sólo el 40% de ellos iniciará por una razón u otra un programa de rehabilitación, es decir, sólo 40 de ellos iniciará estos programas. De éste grupo, solo el 10% tendrá los medios, recursos y la iniciativa para integrarse a una disciplina deportiva, ya sea de forma competitiva, recreacional o como complemento de su rehabilitación, lo que se traduce en solo 4 pacientes. De esta cifra, un 25% se mantendrá en este deporte por largo tiempo, de la cual el 10% conseguirá un progreso suficiente para destacarse a nivel nacional, y tan solo un 5% conseguirá ser un atleta de alta competencia a nivel internacional. Quiere decir que de cada 20.000 individuos que se lesionen y queden discapacitados, sólo uno de ellos logrará el objetivo de ser integrado al deporte de alta competencia, una cifra considerablemente baja para lo que se espera como un cambio de actitud y conciencia internacional para con los discapacitados. Esto se ve expresado de la siguiente manera:

20.000 pacientes discapacitados: 1 atleta de alta competencia.



Ahora, que pasaría si a toda la población de niños discapacitados se le ofreciera la oportunidad de integrarse a una actividad deportiva a edades tempranas? Hoy en día se cuenta con una población mundial de trescientos millones de niños discapacitados (O.M.S., 2005). Con una campaña adecuada de integración, un alto porcentaje de estos niños podrían practicar disciplinas deportivas, generando una gran cantidad de potenciales atletas en el futuro.

En cuanto a la preparación, rendimiento y resultados de la formación de atletas discapacitados, tenemos lo siguiente:

Si un atleta discapacitado de 25 años, sufrió una lesión a la edad promedio de 20 años, inició su proceso de rehabilitación de forma inmediata en el mejor de los casos, comenzó una práctica deportiva al año de la lesión, y se mantiene constante entrenado durante 4 años, sus resultados son los siguientes:

Desempeño máximo



Teniendo en cuenta de que cada disciplina tiene una edad límite, y que las condiciones físicas de los atletas decrecen con la edad en la mayoría de ellas, no son muy alentadores los resultados que se consiguen de la forma clásica. Ahora, si se entrena a un niño con una lesión congénita y se le integra de manera progresiva a cierta práctica deportiva, los resultados serían los siguientes:

Desempeño máximo



Como es de notarse, los beneficios de la práctica deportiva en el niño discapacitado son múltiples. Aparte de los que ya se han establecido, el deporte brinda ventajas extras, no sólo al niño sino a su entorno, tales como:

- Integración del núcleo familiar a una actividad saludable y recreativa, la cual fortalece los lazos de unión de los padres con su niño, además de una visión más optimista e integrativa del problema al cual se enfrentan.
- Integración del niño al juego a edades tempranas, así como hacer cumplir su derecho a las actividades acordes a su edad en plenitud, como lo expresa la carta de derechos humanos de la O.N.U.
- Mejor calidad de vida para el niño, al ofrecerle una alternativa al proceso a veces aburrido y doloroso que implica la rehabilitación conservadora.
- Mejor adaptación al medio social, al permitir interactuar con niños de edades similares con y sin discapacidad, fomentando la igualdad de pensamiento y desarrollo.
- Mayor autoestima, al ser aceptado y reconocido por la sociedad.

Conclusión

El reto ahora es como hacer todo esto. La palabra clave para ello es la información. La educación e instrucción de este tipo de problemas tanto a nivel público como privado es la mejor herramienta para inculcar y fomentar la práctica deportiva en niños discapacitados. La inclusión de modelos educativos de integración al deporte, no sólo para el personal de salud, sino también para padres, preparadores, entrenadores y, el más importante de todos, el sector educativo; el cumplimiento de leyes ampliamente descritas por instancias internacionales para los derechos de los discapacitados; charlas y foros; participación de atletas discapacitados en los procesos de formación contínua de niños con limitaciones; eventos, asociaciones, en fin, existe una amplia gama de posibilidades para que cada uno de nosotros de su aporte para una gran causa, que es la integración del niño discapacitado al deporte de alta competencia.

Autor: Luis Barrios
Licenciado en fisioterapia
Caracas, Venezuela 


Bibliografía

http.// www.efdeportes.com/ Argentina. 2002 (consultada 2005).
http.// www.itf.com/ Estados Unidos. 2000 (consultada 2006).
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http.// www.oms.org/ Estados Unidos. 2005 (consultada 2007).
http.// www.paralimpicsport.org/ Estados Unidos. 2004 (consultada 2006).
Pérez, J.C. (1994). Deporte para minusválidos físicos, psíquicos y sensoriales. España: Comité Olímpico Español.

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